Lex Fiscus

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jueves, 14 de marzo de 2013

Diputados priistas, ¿hipocresía o traición?.

El Consejo Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), reformó sus documentos básicos y decidió por unanimidad de sus 4 mil 200 delegados, sin discusión alguna, modificar sus estatutos para retirar los candados que les impedía a sus legisladores, entrar al debate en torno a la posible aprobación de la aplicación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas, así como la participación de la iniciativa privada en el sector energético, concretamente en Petróleos Mexicanos (PEMEX). Miente quien asegure que ya se aprobó el IVA en alimentos y medicinas o que ya se haya privatizado PEMEX; también falta a la verdad quien afirme que los priistas han aprobado el incremento al Impuesto. Lo que si es una verdad es que los priistas “juraban” hincados frente a la virgen, que jamás aceptarían que se aplicara el IVA en alimentos y mucho menos en medicinas, pues consideraban la propuesta -que en el sexenio anterior impulsaban los panistas- como un atentado en contra de los más pobres y una agresión a las clases sociales más desprotegidas. Al también replantear su Plan de Acción y sus Principios Básicos, el PRI se olvidó de sus presuntas intenciones de defender a los pobres y abrió la puerta para que sus diputados puedan discutir en el segundo semestre del año, la posibilidad de un IVA generalizado, para que quienes menos tienen y más necesitan, paguen impuestos hasta por lo más elemental como lo puede ser un medicamento o su comida. Por obvias razones, si se aprobara la aplicación del IVA a los alimentos y medicinas, Quien más se enferme, pagará más; Y tendrá que hacerlo de su bolsa, no como los diputados que del PRI o de cualquier otro partido, se han garantizado con cargo al erario, una atención médica de primera, gracias a los seguros médicos privados que se autoadjudican entre sus prestaciones pese a contar con salarios que superan el término abuso y con mucho el promedio de lo que ganan representantes populares de prácticamente todos los países. O se olvidaron de su intención, o fue hipocresía cuando expresaron su rechazo a la sola posibilidad del IVA en alimentos y medicinas; prácticamente juraban con una mano en el corazón y la otra sobre la biblia que defenderían la economía de los desprotegidos, de los marginados, de los que se debaten en la miseria extrema; y ahora resulta que van por una reforma fiscal integral, en la que lejos impulsar que se amplié la base tributaria y se terminen los privilegios del fisco hacia las grandes empresas y consorcios, su idea es aplicar el IVA a los productos de uso y necesidad más sensible. Si modificaron sus estatutos para incorporar al presidente de la República en las líneas de dirección del partido, para que vuelva a ser el gran elector como en el tradicional régimen presidencial al que estaban acostumbrados para solo decir “si señor” ante las imposiciones, pues ese es su problema, agachados han vivido y agachones seguirán. Pero lo del IVA en alimentos y medicinas, si lo concretan, será una desgraciadez hacia el pueblo, que ojala sepa cobrarles el agravio a ellos y a quienes lo aprueben, sea el partido que sea el que los respalde. El tema de la inversión privada en el sector energético ya se ha discutido mucho, tienen sus ventajas para el país y de poco sirve que se enreden en la bandera defendiendo una rectoría que ni siquiera existe; lo que si se les reclamará y hay que exigirles, es que no haya más impuestos como lo que evidentemente pretenden.

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